martes, 25 de septiembre de 2018

EL COÑO DE LA POLICIA LOCAL

El primer día que la vi me pareció la clara estampa de la Sargento Debbie Callahan, en la película “Loca academia de policía” salvo que en vez de gorra de plato portaba un enorme casco negro de motorista. Media, como aquella, el 1,80 largo, uniforme oscuro y gafas Rayban negras.
Fue en una primera comunión. Sin conocernos se puso a mi lado, le llegaba al nivel de la teta derecha.
Pase la ceremonia visualizando la película, en especial la escena en la cual la sargento da una clase defensa personal con el mas torpe de los aspirantes y termina a horcajadas sobre él con su coño entre la barbilla y la nariz. Pobre muchacho.
Sargento Debbie Callahan. “Loca Academia de policía”
Vestida de civil era impresionante, pero menos. La llamaremos, más que nada por no terminar como el novato de la cinta, agente Romerales (mi apellido favorito para los miembros del cuerpo). Nacida, criada, residente en Villaviciosa y como tal tremenda bebedora de sidra. Entre su tamaño, la cantidad de ejercicio que hacía y lo rápido que esta bebida se elimina, no era extraño que bebiese mucho mas que cualquier maromo de la zona en donde la consideran, por su cargo y su aguante el mas duro de los paisanos  y sin duda el mas estricto de todos los agentes de su promoción.
Aunque, tal vez por envidia cochina, me haya pasado un poco en la descripción de sus atributos físicos, también era una mujer muy sexual. Era muy difícil no mirarla dos veces, ni dejar de escuchar la cantidad de historias que, sobre ella, corrían por el pueblo. Unas sobre su persona, otras, dado que trabajaba en Oviedo, a 60 km. de la villa, sobre su afición al macho ibérico y por ultimo, muchas por su sexualidad, parecida, bien, a la viuda negra, que para alimentar a sus crías devora a los machos con los que procrea o a ciertas filipinas de las que se dice que, tras el orgasmo, caen en estado de desvanecimiento en el que parecen dejar el mundo de los vivos (petite morte para los franceses), o como las llamadas mujeres fuente que tienen eyaculaciones liquidas, copiosas y espectaculares
Tatuaje
De ella dicen mas. Algunos comentan que, según fuentes fidedignas, los hay quienes aseguran conocer al artista, tiene un extraño tatuaje entre las piernas, no un tipo de garabato oriental o el nombre de un amante despechado o la fecha en la que perdió la virginidad o aquella en la que se emborracho por primera vez.
Tenia tatuado un vaso de sidra, con esta rebosando por el borde,  rebosando sobre su coño.
Debía ser algo, si estaba bien tatuado, excepcional.
Sidra
Se rumoreaba que, durante sus orgasmos su vagina se llenaba de fluidos con un marcado sabor a sidra, a “sidrina” dulce. El rumor llegaba más lejos ya que algún amante deslenguado juraba y perjuraba que tras el coito la habitación se colmaba de un fuerte olor a manzanas recién cogidas del pomaral.  
 
Manzanas
Seria verdad, o una de las muchas leyendas urbanas que, tras degustar muchas cajas de sidra, corrían por la Villa, o la ilusión eterna de todos sus paisanos, no solo por poseerla sino por catarla y aspirar las fragancias frutales de su entrepierna.
El coño de la policía loca
El haber visto el coño de la policía local es la suerte solo de un puñado de barones del pueblo. El haberlo degustado, el saborear sus jugos con aroma a manzana recién cogida es algo al alcance de muy pocos, poquísimos.
No me encuentro entre ellos, solo escucho lo que me dicen y trascribo algo de aquello, el resto es parte de lo que mi inquieta cabecilla fabula tras tomarme, no un botella de sidra, ni una caja, sino una ginebra con tónica, muy cargada, en un vaso de sidra, eso si, a tope de hielo y con una rajita, de limón.

lunes, 10 de septiembre de 2018

EL COÑO DE LA ILUSTRADORA GRAFICA

  “Un ilustrador es un artista gráfico que se especializa en la mejora de la comunicación escrita, a través de representaciones visuales que se corresponden con el contenido con parte del mismo”.
Lo vi, por primera vez, hará como quince años, en la antigua sauna del demolido Hotel Jovellanos, convertido hoy en residencia de ancianos.
Courbet. “El Origen del mundo”
Una veintena de socios naturistas, de la entonces única asociación de este tipo del norte de España, hoy expulsada de la Asociación Nacional, celebrábamos la clausura del Campeonato Europeo Nudista de Natación y aprovechábamos, de paso, una gran cantidad de entradas de regalo al Spa que hotel, gustosamente, nos entrego por utilizarlo como alojamiento y centro de reunión de los asistentes internacionales.
Fue, sin lugar a dudas, el día más concurrido con usuarios desnudos.
Éramos los de siempre, algunos amigos de estos y otros gorrones atraídos por la gratuidad del evento.
A ella, tarde bastante en ubicarla. Una cabeza, embutida en un gorro de lycra verde, con gafas binoculares negras y unas pequeñas pinzas sobre la nariz, para evitar la entrada del agua, entraba y salia del líquido elemento sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Hacia largos y más largos tropezando, sin querer, con cuantos se cruzaban con ella.
En uno de sus múltiples descansos la vi de cuerpo entero, sin su estrafalario atuendo de nadadora. Alta, morena, cabello largo, pechos pequeños, coronados por dos aureolas muy oscuras, caderas estrechas y una espléndida mata de pelo negro, abundante, salvaje, enmarañada, entre las piernas.
Lo admire. Pase la tarde viendo aquel coño enorme y frondoso entrar y salir del agua.
En aquellos años la moda, o el nudismo asturiano, imponían la depilación total de los genitales tanto en hombres como en mujeres. En la pileta hidrotermal, solo aquella ninfa y yo lucíamos pelo en la entrepierna y daba la impresión que solo a  mi, tal aspecto impresionaba.
Al salir me la presentaron. Tenía un nombre raro que olvide sobre la marcha y un compañero naturista que prometió traerla a cada sesión de Spa.
Guayasamín. “Minotauro”
Cumplió con su promesa. Cada primer viernes de mes nos reuníamos en un Spa que cerrábamos para nosotros. Su rutina era siempre la misma: disfraz de nadadora, ratito de natación, cama de agua y tumbona de relajación.
Con los años aprendí su nombre, su trabajo y siempre estuve enamorado de su espléndido coño, de su pelo púbico, en una sociedad en la que normalmente todas lo llevaban depilado.
Un verano nos vimos en una playa nudista. Me desilusiono. Se había depilado. Lo que durante años fue la atracción de mis ojos, desapareció de la noche a la mañana. Gano en desparpajo y perdió en exotismo. Gano en locuacidad y perdió en misterio.
Era ilustradora grafica, en el paro. Acababa de ganar una beca para pasar un año en México, se apuntaba a todas las convocatorias laborales tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad, siempre con resultados negativos. Lo único que todo esto le suponía era un aumento, día a día, de las canas que ahora se dibujaban en su corta melenita negra.
Picasso. “Eva”. (Serie Cela)
Un mal día, la Asociación Naturista a la que pertenecíamos fue repudiada de la Nacional y expulsada de ella. Pasamos un año en blanco. Fue triste pero no doloso. Los antiguos socios fuimos de eso, a ser nuevos amigos y las actividades, perdidas u olvidadas, renacieron, por sugerencia de un antiguo presidente. Comidas, cenas, espichas, Spa, casas rurales con jacuzzi, juegos, amaguestu.
Mi amiga la ilustradora desapareció. Con ella su melenita canosa y su coño negro, como panza de hormiga, en el que se posaban todas mis miradas.
Desapareció. Tras verla y tomar un café en el centro de Oviedo, mi diseñadora graficase volatizo. Cambie de dirección, deje mi asistencia a los Spa´s nudistas, fui muchas veces a Madrid y aquella, nunca iniciada relación murió, casi como había nacido, entre el agua y la bruma del permanente otoño asturiano.
Lo lei en la Nueva España. “Erótica XXI”, antología de relatos de jóvenes autores. El libro vendrá acompañado por una exposición de dibujos eróticos de, también, noveles artistas, entre los que estaba mi amiga, aquella sirena con un mar negro, frondoso y agitado en la entrepierna.
La llame, hablamos, me invito, fui, compre el libro y su aportación grafica. Durante un tiempo seguí viéndola. El arte, el erotismo y el desnudo fueron una frágil argamasa que se disolvió con el agua norteña y maldito viaje al México de sus sueños.
   Ten — me dijo al despedirse, dándome un gran portafolio.
   Espero que te guste. Te llamare a la vuelta. —
Me dio un beso y se perdió entre las callejuelas del Oviedo antiguo.
El coño de la ilustradora gráfica
   Pero, ¿seguro que es el suyo?— Me pregunto un amigo al verlo colgado en el salón de mi casa.
   Segurísimo — conteste. Lo he visto, en vivo y en directo, cientos de veces y he soñado con el todas mis noches de insomnio de estos últimos años.
Allí estaba su regalo. Un primer plano de su coño, del coño de mi ilustradora grafica favorita.

Nota: El titulo como es fácil deducir, tiene la misma estructura que la serie de cuentos incluidos en el libro:”Coños” de José Manuel  Prada, pero solo eso. 
No recuerdo que entre ellos exista alguno como  “El coño de la ilustradora grafica” ni sobre el resto de los que ire escribiendo, pero en caso de que asi fuese, los cambiaria.             

lunes, 2 de julio de 2018

ANA

Dice el Pastor de Gorbea, Julián Ajuliaguerra, experto en predicciones meteorológicas, que este año los días soleados del verano se reducirán a dos o tres , y el sol aparecerá “por cada muerte de obispo”, o sea, casi nunca.
Con estas perspectivas, los malos augurios de los defensores del cambio climático y la nefasta actuación de los rectores del naturismo hispano con relación  a los seguidores del nudismo norteño, la realidad es que el 2018 se presentaba pelín complicado.
Pues sí, con la apertura o la aplicación de la legislación vigente, el nudismo se ha extendido, sin ningún tipo de problemas en muchas de las playas asturianas. Justo en estos momentos de bonanza político-ciudadana, resulta que en todo el norte español no existe ninguna agrupación naturista en vigor. Primero desaparecieron las gallegas, luego las cantabras, más tarde las vascas, las de las comunidades centrales nunca existieron y ahora los gestores nacionales del naturismo han tenido a bien eliminar de su estructura organizativa  a la asturiana. Muy bien ya no existen representaciones naturistas en el norte de España
Afortunadamente si existen naturistas que llenan las playas, al margen o no, de estar representados en agrupaciones nacionales o internacionales.
Será, como decía un amigo entre culín y culín de sidra, porque somos feos, o tenemos mal vino o decimos las verdades a la cara. En mi caso sin duda, por eso y por ser viejo y gordo, dando con ello mala imagen en las fotos gremiales del naturismo.
Casi sin quererlo ni esperarlo por Santiago salio el sol y los sufridos astures, con los paisajes verdes, los pantanos repletos  y sus cuerpos enmohecidos se lanzaron como locos a las costas.
Siempre, y en especial los primeros días en una playa nudista, pienso encontrarme con alguien mas o menos conocido. No me refiero al grupo de nudistas que año tras año nos paseamos por la orilla del mar y que a lo largo de los años, nos hemos ido conociendo, aunque sea solo por aquel: “Hola que tal”, “Como se paso el invierno” o “Esperemos que este año nos veamos mas a menudo, será señal que el tiempo es bueno”.  No, pienso en esos vecinos de enfrente, en la pareja dueña de la cafetería donde suelo tomar una copa por las tardes, en alguna de las camareras del mismo, en las empleadas de la panadería, pescadería, frutería o la distribuidora del kiosco de la prensa o de la lotería del barrio, personas todas a las que veo diariamente en el mundo textil que me rodea.
Todas, en mi opinión, viven un verano playero diferente, aunque de vez en cuando sale en prensa algún artículo  sobre el tema, rápidamente opinan que ellos son también nudistas y es raro que nunca nos hayamos visto por cualquier playa de la comunidad.. Creo que es mentira pero que si alguna vez surgiera la posibilidad del desnudo, dejarían sus ropas y el pudor bajo la sombrilla y se convertirían en nudistas furibundos. Alguna apuesta he ganado ante este tipo de comportamientos.
La realidad es que, salvo Rosa que de tarde en tarde cree ver a alguien conocido, nunca hemos tropezado con personas de nuestro entorno cercano, o muy cercano en una playa nudista..
Los humanos, querámoslo o no, y los nudistas mas, somos animales de costumbres. Nos dirigimos siempre al área  donde  tradicionalmente nos situábamos, clavamos la sombrilla, extendemos las toallas, nos embadurnamos de crema,  yo me resguarde del sol y Rosa, sale a caminar por la orilla del mar.
         —Mira quien esta aquí, Ana y su marido— oí decir a mi lado.
Abrí los ojos. Bajo el sombrero de paja con el que me cubría la cara, a contraluz y medio borrosos, una pareja intentaba agacharse para poderme saludar mientras me levantaba a marchas forzadas, tanto ellos como nosotros estábamos como venimos al mundo, o sea en pelota picada
Ana era quien depilaba a Rosa. La conocí casi al mismo tiempo que a ella pues empezó, cada dos o meses, a venir por casa para eliminar los escasos pelos que le surgían en sobacos, piernas, entrepierna y otros sitios inverosímiles, pero en su opinión, muy desagradables.
 Llevaba vaqueros ceñidos, camisa a cuadros con los botones superiores abiertos, y pelo rubio, cortado a lo chico. Arrastraba una pequeña maleta de ruedas con sus utensilios de trabajo. Me saludaba con un deje asturiano muy marcado y pasaba con Rosa a la habitación donde ya estaba dispuesta la camilla.
Esta rutina, con pequeñas variaciones duro años, muchos.
Hubo, a lo largo del tiempo, algunos cambios. En cierta ocasión la cera, que derretía en la cocina, por alguna causa, para mi desconocida, se le derramo por encima, le mancho los pantalones y Rosa debió dejarle una bata para terminar su trabajo. Desde entonces venia con una amplia camisola blanca que se ponía sobre la ropa de calle en los meses invernales  y sobre la interior en verano. No es que yo participara en los cambios es que era muy significativo verla salir a la cocina bien en pantalones o con las piernas al aire.
La anfitriona se preparaba  vistiendo únicamente una exigua tanga roja, algo que yo le regale en no se que Fin de Año. En algún momento, por razones desconocidas para mi, la braguita se rasgo y desde entonces recibe el tratamiento completamente desnuda, paseando de esta guisa cuando debe salir de la habitación para ir al baño, mirarse en el espejo o recoger el dinero para pagarle los servicios.
Su rasgo más peculiar y cambiante, era el pelo. La conocí rubia, casi pelona, pero a veces aparecía con melenita castaña o a dos colore o morena. Debía ser un rasgo innato en la profesión.
Durante mucho tiempo  casi ni hablo conmigo. Con los años fue soltándose y charlaba, mayoritariamente, del tiempo. Eso si en  su asturiano cerrado.
Estábamos los cuatro sin decir nada, sorprendidos y algo tímidos por lo extraña de la situación. 
Recordé que en cierta ocasión comento que su marido y ella eran nudistas, pero no me lo creí y menos imagine encontrarlos en aquella playa a la que nosotros si íbamos desde hacía mas de una década
   Matías, mi marido —.
Estaba como siempre, pero sin ropa. Solo el pelito rubio, muy corto, la acercaba a la realidad textil que yo conocía. Tenía menos tetas y algo más caídas de lo que pensaba, amplias caderas, piernas musculosas. La piel más que blanca, blanquísima, con infinidad de pecas. Unas enormes gafas, de nácar amarillo  le cubrían media cara y un pareo, colocado sobre los hombros, completaban su figura.
   El si es nudista, yo le acompaño a veces a la playa—
Ahora si, con mis ojos adaptados al sol, lo reconocí. Era uno de esos especimenes musculosos que pasaban las mañanas jugando a las palas y al terminar corría, como un poseso, por la playa hasta La Arena. El si me sonaba, aunque solo de vista.
   Me voy a jugar, nos vemos luego—
Quedamos los tres bajo la sombrilla y el ángel del silencio que nos acompañaba desapareció. Empezamos hablar de todo. Del tiempo, de la playa, las amigas. Se embadurnaron de crema, bebieron agua, comieron algo de fruta, se levantaron y me invitaron a dar un paseo por la orilla.
Éramos tres mas en un mar de nudistas que iban y venían, que disfrutaban del sol que, de vez en cuando se daban un rápido chapuzón.
Regresamos a comer bajo la sombrilla, ellos empanada y tortilla nosotros. Nos adormilamos, volvimos a pasear. Al rato se levantaros y se despidieron, algún problema tenían en casa.
Antes de partir Ana se me acerco y como algo lógico y natural me dijo.
   Sabes José Luís, eres el único en la playa que no tiene depilados los genitales. La próxima vez que vaya por vuestra casa lo solucionamos. —
Se marcharon. Quede con su cuerpo desnudo en mi retina y la ilusión de volverla a ver otro día tal como hoy. Su ofrecimiento cayó en el pozo del olvido.
Ella no se olvido.
   Hoy os toca a los dos—, fue su presentación cuando, mes y medio más tarde apareció por casa.
Ni Rosa ni yo recordábamos su proposición pero ella se empeño en hacerla patente.
   Primero la señora y luego el caballero— dijo con una sonrisa medio picarona mientras entraba en la habitación y se colocaba la bata de trabajo.
Rosa apareció desnuda entro y cerró la puerta. Quede jugando con el ordenador y pensando si su ofrecimiento seria una realidad o un simple brindis al sol.
   Ahora tu José Luís —. Pues si, venia dispuesta a depilarme.
    Desnúdate y túmbate en la camilla — comento mientras salía, con una palangana, en buscar agua caliente.
Me desnude y la espere, cubriendo mis partes pudendas con una pudorosa toalla.
Llego y lo primero que hizo fue despojarme de la misma, luego me tumbo y a continuación me enjabono, a conciencia, mis intimidades sin ningún tipo de reparo. Tan pronto frotaba mi sexo como se recreaba con los genitales.
   Tranquilo, ya te vi. en pelotilla en la playa y esto es totalmente profesional, si te pones algo cachondo es normal a todos nos pasa—
Algo no, bastante tirando a mucho. Ella seguía enjabonándome y yo empecé a ver que bajo la bata no llevaba nada, o al menos sujetador, No pude seguir investigando pues, de repente note el frió de la cuchilla que iniciaba, primero una labor de desbroce y luego otra de afinado y limpieza. Poco a poco la masa negra pilosa de mi entrepierna iba desapareciendo. Ella a lo suyo. Inclinada sobre mi, maquinilla en mano iba eliminando la espuma y el pelo. Sin quererlo, o queriéndolo, en cada movimiento dejaba mas a mi vista  la evidencia que bajo la bata no llevaba nada y que sus pechos, desnudos, se mantenían cada poco tiempo ante la visión divina de mis ojos. No parecía importarle.
   Ves como no ha sido para tanto, ya terminamos. Ahora te lavo y aplico crema hidratante para que no escueza—.
Sentí  como una esponja tibia iba  eliminando pelos y espuma. Sin más preámbulos, sus manos, embadurnadas de crema, empezaron a masajearme el sexo y los genitales,  mas como algo sexual que profesional. Fue entonces cuando desconecte y a ella le debió pasar algo de lo mismo.
Mientras seguía trabajándome los bajos, inicie una aproximación hacia la parte inferior de su bata y sin nada ni nadie que lo impidiera fui ascendiendo por su entrepierna. Estaba, como imagine, sin nada, empapada, abierta, ofreciéndose a mis caricias. Al amparo de una depilación estival estábamos llegando a una masturbación  conjunta y consentida.
La novedad y lo imprevisto acelero mi orgasmo. Un flujo de semen se esparció entre los restos de espuma, la crema hidratante y sus dedos.
Me limpio con delicadeza y mientras me besaba en los labios susurro.
         —Otro día será mejor—.
Quede sobre la camilla y mientras desaparecía.
         —Deja de vaguear y levántate— oí decir a Rosa.
—Acuérdate  que tienes que preparar la cena y me habías prometido tostas de huevos de codorniz, con jamón sobre fina cama de aguacate.

martes, 12 de junio de 2018

EL TRAPICHEO DE LOS SELLOS

Desde hace tiempo llevo, a titulo honorífico, la tesorería de la Asociación Naturista Asturiana  y, desde el día que tomé tal  obligación, cada año he tenido problemas, muchos problemas, con mi  homónimo de la Asociación Española. Ahora, — que por razones de edad voy a dejar el puesto, mejor dicho porque  la juventud pujante que me sucede cree que una mente joven, dinámica y despierta es más efectiva que la mía —,  intentare explicar a mi sucesor los vericuetos, mentiras y engaños que tales sellos conllevan.
         
Sello naturista internacional
Por el solo hecho de entrar en una Asociación de este tipo, cualquier jefecillo, de la misma, con poder, se cree en la obligación de recordarte, día si día también, las normas, las obligaciones y los compromisos que se tienen, todos ellos elaborados y publicados  en francés, ingles y alemán por la Asociación Internacional y que, la española cumple a rajatabla.
Una de estas reglas radica en la petición, distribución y pago de determinados sellos con valor y prestigio internacional que, la nacional, entrega, cobra y persigue con rigor leonino entre las asociaciones locales. Estos sellos, de valor casi simbólico, sirven para controlar en número de asociados de las diferentes Asociaciones y asignar, a partir de ellos, el número de representantes nacionales en la internacional. Y ahí, en mi opinión es donde radican los problemas. Como en política votos, o sea números, son triunfos y a mayor numero, real o imaginario.
Por eso cuantos mas sellos se distribuyan mas peso internacional se tiene. De esto me entere casi 15 años después de ingresar en la asociación naturista de mi comunidad  y 10 en los que de forma “Honorífica” y sin información anterior, llevo la tesorería. La Junta directiva precedente desapareció con papeles, informes, Actas y balances económicos, dejando desnuda, —como debía ser— a la que tubo la mala suerte de ganar las elecciones. Yo no estaba en la papeleta ganadora pero un buen día y por amistad con el Presidente, me ofrecí a llevar la contabilidad  y, a lo que íbamos, encargarme de la solicitud de los sellos, su cobro, distribución y pago. Parecía algo fácil, sin problemas y rutinario, pero no, para que así fuese debía estar uno dentro de la política, las normativas y el amiguismo de la Asociación Nacional. Ni la lejana asociación norteña ni yo, lo estábamos. Así nos fue la vida
Socio imaginario
El primer año que llegue, se perdieron los sellos. Nadie supo el porque, pero nunca llegaron a su destino y el sufrido socio norteño pago y no obtuvo nada. Algunos un cabreo fenomenal y el darse de baja en semejante tipo de contubernio. O sea que mi entrada estuvo jalonada por discusiones, bajas y enfados.
El tercer año y, siempre por culpa de correos, no me localizaron— era nuevo en la zona — y los sellos aparecieron en mi casa en Octubre, varios meses después de finalizar la temporada estival.
Por algún maleficio ajeno —tal vez porque mi mujer que es bruja — los sellos eran un problema.
Se me llamo al orden, se me conmino a ceñirme a la normativa internacional, todo de forma verbal nunca escrita, a ser un socio obediente, callado y no molesto, o sea un socio tonto.
Lo fui hasta que  cumplí los 75 años y, ya jubilado, dije hasta aquí.
El anterior fue un mal año, pedí 50 sellos, adjudique 30 y devolví los 20 sobrantes, en las fechas que me marco el Presidente de la Nacional acompañando, al decírmelo, con una cariñosa colleja. Era primero de Octubre y había que retornar, los sobrantes, a la Internacional antes del primero de Noviembre.
En Diciembre no me toco la lotería, los Reyes me agraciaron con un gran saco de carbón y el tesorero de la Nacional me comunico que se le adeudaban 100 € de los sellos devueltos, recepcionados y en manos de la Internacional. Una risa.
De entrada no lo entendí, pasados los mese tampoco.
Era un engaño. No se a quien ni porque. Tal vez para aparentar en la Internacional el desarrollo del naturismo en España o conseguir  votos, prebendas y prestigio a partir de socios inexistentes. Era pagar por personas no habidas, algo así como por zombis..
Hoy me entero que la justicia española esta juzgando a un partido político por algo similar. Hinchar las listas con seres inexistentes, deficientes o muertos.
El Niño algo me trajo, dos hermosas pedreas en el sorteo de Enero  que por carambolas de la vida repercutieron, muy mucho, en embarullar el embrollo de los sellos.
A la deuda de los 100 €  coleando entre Madrid y los astures, este año se añadía un sobrante de otros muchos sellos que dormían en uno de los cajones de mi estudio. La liberación del nudismo, el verano lluvioso y un otoño pasado por nieves había hecho que más del 90 %  estuviesen sin adjudicar.
La diosa fortuna solvento nuestros problemas. El Trébol de Cuatro Hojas nos dio euros suficientes  para crear un ejército fantasma de socios nonatos, o más claramente nacidos con el favor de la “pasta”. Así vinieron al mundo: Menganito Avarez, Zutanito Ventoso, Nadie Sinapellido, Nise Quiensoy, Bendito Dormilón, una caterva  de seres creados con imaginación y algo de “Money” con los cuales la Nacional debería tratar, a partir de ahora, dado que la Junta  local había desaparecido  y la Asociación esta, en estos monmentos, regida por estos nuevos socios de cuño estrafalario pero que se ajustaban a la normativa impuesta por la Central, que digo, por la Internacional, aquella que decía:”Un sello, un hombre, un socio”, aunque solo el papel lo aguantase. No, el papel no, el DINERO.
La Nacional, al preguntarme, hace meses, por una nueva Asociación surgida en nuestra Comunidad, que resulto ser un local de intercambio de parejas, me comunico al saberlo: “Que mas da que sean putas o monjas, lo importante es que sean nudistas y abonen los sellos”. Gran contestación.

NOTA COMPLEMENTARIA
Por si algún nuevo socio desea entrar en la Asociación adjuntamos equipo rector salido de la última Asamblea, así como su domicilio y modo de contacto

Presidente.-: Listillo de Valladolid
Vicepresidenta.-: Venus Divina
Secretario.-: Innominado Bragado
Tesorero.-:   Oros Sontriunfos
Vocal de actividades.-: Risueña Soñadora
Web master.-: Jacarandoso Seisdedos
Coordinadora General.-: Loquilla Cariñosa

El Nuevo equipo es eficaz, competente, muy disciplinado y de reciente afiliación, pero muy difícil de localizar..

Sede Social.-: Calle de la Ilusión. Nº: Infinito. Piso.: Último de la escalera izquierda.   33 000 El Cielo
Teléfono: 985000069 con el 0034 delante para llamadas del exterior.
Correo electrónico. www.losmejoresdelbarrio@hotmail.com