martes, 10 de diciembre de 2013

CALENDARIOS

Todo cambia. Hace años, muchos años, cuando apenas tenía 15 y Marilyn Monroe estaba en la cima de su gloria, eran ella y alguna que otra artista del celuloide como Mae West o Jane Russell, quienes lucían cuerpazo en los calendarios de la época. Solo en las cabinas de los camioneros o en los talleres mecánicos podían  contemplarse aquellas tetitas perseguidas por el Régimen, específicamente por la censura, gastadas por el uso y embadurnadas de grasa y gasolina.

A partir de los 70 surgieron, como la primavera, montones de revistas, a la sombra protectora de Playboy, en las que los encantos femeninos daban pie, o cabecera, a terroríficos artículos de opinión que nadie leía, o simplemente a paginas de desnudos: de mises, señoritas del verano, reinas de belleza locales, camisetas mojadas, en fin de cualquier cosa que excitase la lívido masculina.
De repente aparecieron los bomberos, no sé si por admirar sus músculos o ayudar alguna institución benéfica, el caso es que mi “adorable esposa” se empeño en comprar, cada año, cuatro o cinco calendarios para ella y sus amigas y dejarlos a los pies del ensortijado Santa Claus el 25 de Diciembre.
Con la democracia y la llegada del nudismo a nuestra sociedad, fueron las estudiantes de Químicas, en Oviedo, pudorosamente cubiertas por matrices y tubos de ensayo o parapetadas tras montones de libros en la biblioteca quienes los promocionaron, mas que nada para poderse pagar el viaje fin de Carrera. No solo se apuntaron en la Universidad de Oviedo, también en Granada, Madrid y casi todos los Centros docentes de la España Autonómica.

Luego se paso a la protesta social: Aquellas 12 damas de tercera edad que mostraban sus encantos en lucha por un autocar escolar, o las madres deseosas de erradicar la prostitución callejera o las codiciosas por mejorar los comedores infantiles, en fin un amplio y variado abanico de “Calendarios picantes” en los que nada se mostraba y todo se dejaba a la aventura de la imaginación.
Con el tiempo, aquella folclórica costumbre, dejo de aparecer, surgían, eventualmente las, o los, componentes de equipos deportivos que aspiraban, con su venta: poder seguir su deporte favorito y poco más.
Pasaron los años, fui envejeciendo, y este tipo de jocoso obsequio
navideño, cayó en el olvido.

Pero no, al dedicarme a escribir en este Blog Naturista y deber con ello estar más o menos enterado de lo que se cuece en ambientes diferentes, lo primero que me llamo la atención fue el despliegue informativo creado en Inglaterra, Australia o Gales sobre la aparición de este tipo de calendarios, ahora sí, mucho más explícitos: bien de las remeras de la Universidad de Warwiek, de la Sydney University, o de las esposas de militares en Gales.Como novedad pecuniaria los ingresos se utilizan para fines benéficos: lucha contra el cáncer, ONG´s  en países tercermundistas o asolados por guerras fratricidas y lo que es más importante, ahora las desinteresadas modelos, universitarias o no, salen sobre el papel como vinieron al mundo. Un gran avance ya que como dije, con los años mi imaginación ha decrecido, como tantas otras cosas.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LOS PEZONES ESTAN DE MODA

Tops transparentes y pezones visibles son el gran avance en el actual mundo de la moda. ¡Genial!
Ahora, nosotros que siempre hemos mantenido la separación de la desnudez y la sexualidad, tenemos que admitir que una vez se empiece a poner este tipo de ropa al alcance de todos los bolsillos, tenemos todas las apuestas perdidas. Eso será cuando la moda sea sexy, las mujeres mas sexys y lo que aparece en la pasarela se traslade a la calle.

De alguna manera, me temo que la tendencia probablemente no va a llegar hasta la gran multitud de tiendas de comestibles de mi barrio, ni a los supermercados, ni donde suele ir la gente, más o menos, normal como yo. Maldita sea, seguro que así las compras serian de lo mas entretenidas, hasta iría al mercado, aunque solo fuese por acompañar a mi “santa esposa”.
En estas estaba cuando leo que en EEUU, la lactancia en público de los niños esta casi prohibida, cuando aquí se anuncia la
 necesidad de conseguir más leche materna para la correcta, o más correcta, alimentación de los bebes. Y es mas, Facebbok admite en su contenido la inclusión de videos en los que se exponga la  decapitación de una persona o su lapidación, pero eso si nada de tetas y pezones. Pero no quedan así las aberraciones. Las mujeres estadounidenses están empezando hacer una campaña a favor del  toples en parques, mercados y centros públicos yendo contra el puritanismo local que, como en Facebook, prohíbe mostrar sus pezones en público, aunque si admite llevar armas de fuego al colegio o emprenderse a tiro limpio contra los ciudadanos en un ataque de pasión patriótica o  fervor religioso.
 Qué pena, con lo ilusionado que  andaba con la moda mucho me temo que a partir de ahora esas transparencias tan agradables a la vista desaparezcan de la Semana de la Moda de Nueva York o de la London Fashion Week. No hay que preocuparse, al final nos quedara la Pasarela Cibeles o la Paris Fahion Week, sin contar con Roma o Ámsterdam.
No veré la moda del pezón saltarín, como decía, por mi barrio pero para eso está la televisión, las revistas de cotilleo o la página de inicio de cualquier buscador de Internet.  

 

SAUNAS Y BUEN AMBIENTE

¿Cómo te sientes con la visión de cuerpos desnudos? Sencillamente, no hay nada que hacer frente a ello. El problema – o lo que sea – sólo existe en la mente de las personas que nunca lo han hecho.
La gente suele imaginar que la vista de personas desnudas será sexualmente estimulante y los tentará hacia pensamientos inmorales. Simplemente no funciona así.

Por supuesto, no hay nada que impida ser inmoral pensando en un ambiente naturista. Ya que la mayoría cree que lucen mejor con la ropa puesta. Puede que la razón principal de por qué tantas personas se preocupan tanto sobre la "necesidad" a seguir usando ropa, no es modestia, sino orgullo.
Rosa y yo no vemos mucha televisión, pero de lo que se ve casi cualquier noche, en la “Caja tonta” es mucho más estimulante sexualmente que una velada disfrutando de una sauna con unos amigos naturista. Porque lo mejor, en la sauna o en un jacuzzi, es la conversación y no contemplación.

domingo, 20 de octubre de 2013

DIA DEL POBRE JUBILADO (DPJ)

El verano se acabo y entramos en un otoño en el que, lo primero que piensa el Gobierno, por boca de su Ministra de Trabajo y con la opinión en contra del Consejo Económico y Social (Ces), es bajar las pensiones a los pobres jubilados. Que desgracia.
No debo quejarme. Este año, al contrario que muchos de los anteriores, hemos tenido un punto de inflexión, me refiero a mi “santa esposa” y a mí, en el discurrir veraniego. Desde hace años, antes de caer en el foso profundo de la jubilación, la estación estival era una mera continuación de la primavera y un preámbulo cálido del otoño. Con frases tan manidas, como ciertas, mi buena Matilde (esposa) me recordaba, a mediados de mayo, hechos tan reales como: “Tomás (yo), los franceses dicen que el verano será frió y lluvioso” o “Por cierto cariño tengo la impresión que ninguno de los trajes de baño que tengo están en situación de ser utilizados” o “Mi amiga Feli me comento que ya, a nuestros años, tenemos una figura horrible “ .Todo sin entrar en el tema automotriz y monetario : “Recuerda hacer una revisión total del coche, no sea que un día nos deje tirados en alguna playa” o “Por cierto, has visto que en Rodiles hay que pagar por aparcar en coche cerca del mar, con el daño que me hace andar por las rocas” “Vistes, con las mareas vivas del pasado año, las bajadas a determinadas playas o están prohibidas y son muy peligrosas” o, por último y para cerrar cualquier oposición lo de “Además, amor, con esa tripa cervecera que estas consiguiendo es casi pecaminoso pasear por cualquier playa,….ligeramente decente”
Matilde tenía razón, otro verano en Oviedo.
Todo cambio el domingo 16 de Julio, ida de la Virgen del Carmen para mas detalle. En no se que sección perdida del Comercio, entre las necrológicas y las fiestas locales, la Asociación Naturista de Amigos del Principado de Asturias (ANAPA) comunicaba a sus asociados y naturistas asturianos en general la celebración, en la Playa de Sablon de Bayas, del Día Sin Bañador (DSB) con la idea de celebrar una espicha y mostrar a los asistentes las ventajas del naturismo.
Alegando cierta mentira piadosa deje a Matilde y Feli en el Fontan y me lance a mi primera experiencia naturista. Salvo la caminata sobre la arena hasta la zona de la espicha y la superación del pudor inicial del desnudo, todo fue un éxito de público y critica. El grupo naturista me ofreció sidra, empanada, tortilla, chorizos, todo, como me dijo uno de los organizadores, pagando claro, pero poco, era como yo jubilado y catalán de nacimiento para mas detalle.
Bromee con el en la idea de instaurar el Día del Pobre Jubilado, ya que las nuevas generaciones están, al parecer, en recesión naturista, alegre mi pupila con la contemplación de sirenas de carne y hueso, nadie se metió con mi tripilla cervecera y salí de allí contento y relajado. Creo que hasta pensé asociarme, si Matilde lo aprobaba claro está.
De entrada no lo aprobó, mas bien me echo un rapapolvo monumental por haberme ido “solo” a ver guarrindongas en pelota. El enfado, para mi asombro, apenas le duro nada. Paso la semana preguntándome por el personal asistente, por las edades, por los hombres, las mujeres, los socorristas y la policía, esta ultima inexistente
Así murió Agosto. Por esas casualidades de la vida, una mañana, en La Paloma, tropecé con el jubilado naturista que, entre otras cosas bebía vino y ginebra como una esponja. Nos reconocimos vestidos y me invito a la “Ultima Espicha del Verano”, mismo lugar misma hora, dijo.
Por raro que parezca, no me consto nada convencer a Matilde y ambos, como venimos al mundo, disfrutamos de un día de playa, el ultimo del verano, bebimos sidra, hicimos amigos y nadie, como en mi caso el primer día, opino sobre las tetas caídas o las varices de “mi santa esposa”
Como acaba de anunciar el equipo de Gobierno, nuestras pensiones bajaran, pero aun nos queda el ahorro en trajes baño, la perdida de nuestro pudor y el gasto extra de cremas solares protectoras. Todo eso será en el 2014,

martes, 8 de octubre de 2013

EXTRAÑOS COMPAÑEROS DE Spa

         —Hola José Luis.
Así de pronto no supe de donde salía la voz ni si se dirigía a mí. Estaba bajo un potente chorro de agua que me impactaba sobre la cabeza en el único Spa nudista que funciona en Madrid en horario continuo y aseguraría que, cuando entre, a las 6 de la tarde, estaba solo. Mientras me acostumbraba a la mortecina luz azulada del recinto intentando enfocar el origen del saludo, la cabecita entrecanosa que tenía delante seguía con su  alegato.
         —Tienes que acordarte, fue hace tres años en el Spa de La Felguera.
Entonces caí. Leda y Pablo. Palacio de las Nieves. Septiembre del 2011.
Por lo general cada año la Asociación naturista a la que pertenezco, inicia, este mes, la utilización del Spa del Hotel exclusivamente para nudistas. El primer día suelo llegar a la recepción con bastante antelación, bien por si aparecen socios de nuevo cuño bien por si hay personal recién contratado que desconoce nuestras rutina o por si la Gerencia tiene normas diferentes para el presente año.
Fueron los primeros. Ella por delante. Se presento, me plantifico un par de besos, salude a su marido y en vista que nadie aparecía ingresamos juntos en el vestuario.
Con el pelo grisáceo muy cortito y como si lo conociera de toda la vida se adentro, nos adentramos bajo su dirección, en el vestuario femenino, si vamos a estar desnudos en el Spa, no hay porque discriminar sexualmente los vestuarios, abrió la taquilla que le asignaron y empezó a desvestirse. Lo primero que me distrajo es ver que no llevaba sujetador, lo segundo el clavel reventón que lucía sobre su glúteo derecho y por último la minitanga que apenas le cubría el chochito. Estos hechos puntuales  e impropios
de una mujer de casi sesenta años me despistaron. Casi entra en la piscina hidrotermal antes que yo, más bien llegamos juntos y allí nos separamos. Yo, como siempre fui a la zona de chorros y ella al área de descanso. Llegaron más socios  y durante casi una hora no volví a verla.
Nos reencontramos en el Jacuzzi y al resguardo de cientos de burbujas me entere que eran de Tineo, que su marido, médico recién jubilado, padecía problemas nerviosos (inicio de alzhéimer pensé yo) y los doctores le aconsejaron sesiones hidrotermales y mucho descanso, por eso apenas si se movía. La realidad es que el callado de Tomas estaba sobre una de las camas de descanso de la que apenas se despego durante toda la tarde-noche.
Volvieron en Octubre y Noviembre y desaparecieron. Al principio lo achaque al duro invierno y las nevadas luego me olvide de la pareja, solo termine visualizando el curioso pirsin que Leda lucía en su coñito. En sus años mozos debió ser una hembra de armas tomar, pensaba algunos días en los que esperaba que regresaran de nuevo.
          Si Leda me acuerdo. ¿Qué es de Tomás?, ¿Qué haces por Madrid?
         —Lo de siempre, de médicos.
         —Venga salgamos del agua y charlamos en la sauna, es más tranquila.
Recorrimos, bajo la mirada un tanto perdida de Tomas que como en Asturias descansaba en una tumbona, un pasillo por el que, a mano izquierda, se iba al área del jacuzzi, a la derecha, a la poza fría y al final a las diferentes de saunas. Entramos en la finlandesa.
Leda había cambiado muy poco, casi nada. Los mismos pechos, la misma decoración exterior, el pirsin, el pelo rapado casi al cero e idénticas ganas de hablar. No habían vuelto por el Palacio de las Nieves por la enfermedad de Tomas, ya no había quien condujese el coche de Tineo a La Felguera y encima se pasaban los meses entre médicos y hospitales. Desde hacía un año, cada trimestre venían a Madrid para no sé qué tratamiento. En esos periodos se acercaban al Spa para olvidarse del ambiente hospitalario en el que vivían, ella se relajaba y él seguía como siempre, ido del mundo, tumbado en cualquier hamaca en la zona de descanso.
          -Dame un masaje, me dijo de pronto, sino recuerdo mal tú y una chica de Noreña hicisteis un curso y algo seguirás sabiendo. 
El Spa alquilaba por horas salas individuales de masaje, aceites y toallas por el módico precio de 20 € y tras solicitar una de ellas fuimos al piso superior donde se alineaban los cubículos.
Ni con mucho puede decirse que fueran cutres. La camilla ocupaba el centro de la habitación, decorada e iluminada en tonos rojizos, una serie de palillos de incienso aromatizaban el ambiente y una música, entre árabe e hindú daba al recinto un aspecto entre místico, mundano y erótico.
Sin mediar palabra Leda se acostó sobre la cama y se ofreció ante mí.
Hacía años que no daba un masaje y menos en estas circunstancias. Empecé a distribuir aceite por aquel cuerpo desnudo y relajado Por la espalda, la cintura, los glúteos, las piernas, los pies. Si bien intenté ser lo más profesional posible aquella rosa tatuada en el culo centraba y dirigía mis manos. Empecé por la cintura, decontracture los hombros, el cuello, los omóplatos, recorrí la columna vertebral desde la cabeza hasta muy por debajo del coxis. Queriéndolo o no iba lentamente separando las piernas de modo que el culo y el clítoris eran cada vez más visibles. Amase y amase la rosa tatuada, note la humedad sexual de su entrepierna y en un alarde de sensualidad recorrí el canal de los glúteos hasta presionarle  levemente el ano. Pare y me centre en piernas, caderas y pies. No obstante en cada movimiento ascendente mis dedos volvían a discurrir muy cerca de sus órganos sexuales, acariciándolos y aceitándolos.
 Hubiese seguido así hasta finalizar la hora pero ella me detuvo.
         Ahora por delante, dijo dándose la vuelta.
Perdí la visión de la flor y surgió, brillante,  atrayente y movedizo el pirsin de su clítoris.
Algo se cruzo en mi mente y el masaje pasó de ser totalmente erótico. La distribución de aceite fue una caricia prolongada por los pechos, la cintura, las ingles y aquel coñito resplandeciente bajo el brillo del pirsin.
Primero los pechos surgiendo y desapareciendo entre mis dedos, después su abultado Monte de Venus, finalmente su Fuente de Jade. Ya no era un masaje, era una masturbación en toda regla. No solo no protestaba sino que cada poco un leve suspiro de aprobación salía de su boca.
Su mano, de pronto, se descolgó de la camilla y se enrosco en mi pene. Empezó, como yo a ella, a masturbarme, lenta muy lentamente. Yo, a ratos, subía a beber en sus pezones y a ratos bajaba hasta su Fuente, totalmente inundada. Golpeaba el pirsin con los dientes y mi lengua se paseaba por su clítoris. Empecé a sentir vibraciones de placer mientras su mano se activaba al máximo sobre mi sexo. Se corrió ella y me corrí yo. Descansamos un rato y volvimos a la piscina hidrotermal, en una de cuyas áreas de relax seguía Tomas ajeno a todo cuanto le rodeaba
         Bueno José Luis hemos pasado una tarde muy agradable, algún otro día volveremos a encontrarnos.
Cogí el metro pensando en los caprichos del destino y en las raras coincidencias de la vida. Lo normal es que nunca volviéramos a vernos pero……….. nunca se sabe.        

NAKEDSPA

Por mucho que el Presidente de la Federación Española de Naturismo se empeñe y pese a la enorme labor de las Federaciones Regionales, ayudadas incondicionalmente por el empuje de la Federación Internacional, cada día que pasa pienso más que serán, no ya los nudistas de a pie y sus dirigentes, sino los ciudadanos del montón, quienes introduzcan el naturismo en nuestra sociedad.
Este mes, como todos los de Febreros viaje a Madrid. Fundamentalmente a celebrar el cumpleaños de mi madre, el de mi hijo y el de dos de mis nietos. El desplazamiento lo rematé visitando ARCO, y  JUSTMAD 3 y, por aquello de las carambolas de la vida, asistiendo a la puesta en funcionamiento del primer Spa naturista de Madrid en horario continuo, el “nakedspa
Hace ya algunos años hacía deporte. Un buen día, un doctor me lo prohibió, por aquello del corazón. Seguí nadando, moderadamente, y caminando sin prisas, pero ahora la edad y mi vagancia han hecho que lo abandonase todo. Casi nadie lo sabe. Menos mi hija que ahora se ha hecho un devota del deporte: pádel, natación, esquí.. .y que si en viajes anteriores intentó, sin éxito, que la acompañase a las instalaciones municipales donde lo práctica, en este y a base de tozudez consiguió arrastrarme: ella jugaría su partido de pádel y yo nadaría y podría gozar del Spa anexo a la piscina, todo por el módico precio de 1,35€.
A las 9,30 de la mañana dejo a los niños en el colegio y a mí en la piscina y con un cariñoso “Te recojo en la puerta a las 11,00” se despidió con un beso.
Las instalaciones eran soberbias. Una piscina de seis calles, casi vacía,  el Spa en uno de los laterales y otra piscina para niños y clases, todo iluminado por luz natural a través de paredes y techos acristalados, y solo por 1,35 €, para los jubilados, se supone. Así, a bote pronto, éramos seis nadadores en la pileta y como 10 o 12 en la bañera hidrotermal. Me disfrace de pez y me lance al agua. A los doscientos metros el corazón me salía por la boca. Pare y empecé hacer series de cincuenta con pequeños descansos hasta completar los mil  metros que tenía programados. Al salir me temblaban las piernas y tuve que hacer una serie de estiramientos para evitar que se me acalambrasen.
El recinto hidrotermal era otra cosa. Me tumbe en una cama de agua y allí se inicio mi descaso. Pase al jacuzzi, los chorros lumbares fueron lentamente estabilizándome  y empecé analizar a quienes  me rodeaban. Éramos 11 personas, cuatro hombres, siete mujeres y una fisioterapeuta acuática que hacía ejercicios con uno de los varones. Las damas se distribuían entre los chorros de agua, las camas y las zonas de masaje subacuático, siempre bajo la atenta organización del otro varón que, por lo que mandaba y por su conocimiento del personal parecía el más veterano y sabiondo del grupo.
Me centre en una mujer, como de mi edad, o sea de más de 60 años, con un bañador de los setenta, ya muy dado de sí y un gorro blanco de goma con topitos, que  intentaba, sin éxito, bajo uno de los chorros en cascada, que el agua no arrastrase la parte superior del mismo. No lo conseguía. Cada vez que el agua golpeaba sobre su cuerpo, el bañador le descendía hasta la cintura, dejando, lógicamente sus pechos al aire. Intento, al principio, sujetárselo con los brazos, luego ciñéndoselo mas fuerte tras la cabeza, y al final dejándolo a su aire, con las tetas flotando libremente bajo el agua. Era bonito. Salvo yo nadie parecía percatarse del hecho. Sufrió con resignación y no sé si algo de gozo, la aplicación, por dos veces, del agua a presión y luego, por esos avezares de la vida  se vino al jacuzzi y se sentó a mi lado. Bueno, a mi lado no, así como a metro o metro y medio de mi. En aquel momento solo otro señor y yo lo utilizábamos y el estaba en posición ventral aplicándose chorros de agua en el estomago, o lo que es lo mismo, nos daba la espalda. La buena mujer se sentó, empezó a sentir el masaje del agua en su espalda y se repantingo bajo el agua. Debía sentirse a gusto, muy a gusto. Así, por las buenas, como si fuera la única bañista del complejo, volvió, ahora a conciencia, a bajarse la parte delantera del bañador, se reubico los pechos, que como dos grandes globos blancos flotaban a escasos centímetros de mi, se lo anudo, una vez acomodados, tras la cabeza y siguió tendida bajo el agua con cara de infinita relajación.
Pase como cinco minutos mirándola, imaginando que estos balnearios urbanos empezaban a ser el nuevo germen del naturismo en España. Éramos la tercera edad, esa generación que habíamos vivido  el recato de la iglesia y el franquismo, esa generación a la que ya todo, y no digamos su cuerpo, lo tenían asumido, ese grupo humano al que por su edad, ningún vigilante o socorrista iba a decirles que se les veía el pecho o la picha. Hay que matizar, no obstante que a mi si me recriminaron que, en un descuido ocasional, mi gorro de baño cayera bajo el agua y pasase como diez minutos con el pelo, de la cabeza, al aire.
No pude ir a la inauguración del “nakedspa”. El sábado había partido de futbol y debía ejercer de canguro con mis nietos, por lo que  espere hasta el martes para conocerlo. Según la información del Presidente de la FEN era el primer balneario urbano enteramente nudista abierto todos los días mañana y tarde, es más, los afiliados a la FEN, teníamos una sensible reducción en todos los precios.
Estaba lejos, unas trece estaciones de metro, pero como después comprobé, desde Bilbao a Pacifico el recorrido era directo y apenas había que andar hasta llegar al Spa.
Un encanto de señorita, ataviada con pantalón y camiseta blanca, que decía a gritos que estaba totalmente desnuda por debajo o solo llevaba una tanga, se me presento, a la entrada, como Patricia suministrándome una toalla de baño y  llevándome hasta el vestuario, el femenino, tal vez por error. Dijo que me desnudase y luego volvía  a ensañarme las instalaciones.
Cumplió su palabra. La esperaba totalmente desnudo y sin inmutarse lo más mínimo salimos hacer un recorrido de las instalaciones. Pensé que, por ser el único Spa naturista de Madrid a jornada completa, habría más gente, pero no, estaba yo solo. Vimos la tina hidrotermal, la zona inferior de relajación, un pequeño gimnasio, no se para que. Salimos por un pasillo del fondo.  A mano derecha jacuzzi, a la izquierda una piscina fría de contrastes y al fondo las saunas y las duchas. Todo muy limpio iluminado por  luces difusas  azuladas.
Por una escalera de caracol subimos a la segunda planta dedicada exclusivamente a masajes: Sala de Tierra, Sala de Aire, Sala de Agua, Sala de Fuego, cabinas individuales para particulares, zona de relax. Al parecer unas veces se daba el masaje en camilla, otras  en el tatami del suelo y otras en una mini piscina. El ambiente estaba impregnado de incienso y en cada uno de los aposentos la música sonaba de acorde con el nombre de la Sala.
Regresamos al Spa y con un
         — Recuerda soy Patricia, cualquier cosa que quieras no tienes más que pedírmelo; agua, toallas, masajes. Gracias.
Me quede solo en el agua y durante una hora fui pasando de una instalación a la siguiente esperando, sin éxito, que aparecieran nuevos usuarios. Tal vez por ser un día de semana, por estar lloviendo, o ser muy temprano pero la realidad es que estaba solo.
Cuando ya pensaba irme volvió aparecer Patricia, se acerco a la piscina y de forma muy recatada me pregunto si no deseaba un masaje. Salí del agua y le pregunte tipos y precios.
         — Por ser la primera vez puedo hacerte una mezcla de técnicas y el precio será de……
No me pareció caro y acepte su oferta.
Nos dirigimos a la Sala Tierra. Dos tatamis en ángulo cubrían el suelo, entre ambos una mesita con velas, aceites y toallitas, de fondo música mezcla de hindú y africana.
         Túmbate ahí boca a bajo
Me dijo indicándome uno de los tatamis, mientras ella se despojaba del pareo quedándose únicamente con una tanguita blanca. Sin decir ni media palabra se ubico a mis pies e inicio su trabajo. Note como sus manos, muy suavemente, iban recorriendo mi cuerpo sin apenas presionarlo  subían hasta la cabeza para de nuevo descender sin centrarse en ningún punto en particular. Todo muy despacio, muy despacio. Entre la música, la poca luz y aquella especie de masaje-caricia los minutos pasaron volando.
         —Date la vuelta.
Oí de repente. Lo hice y ahora sí, viéndola me despeje de golpe. Volvió a la rutina inicial. Yo mejore mi  campo visual centrándome en sus pequeños pechito, casi inmóviles que subían y bajaban a escasos centímetros de mi piel.
         —Hemos terminado. Como te encuentras. Solo tienes una leve contractura en el hombre derecho. Estas muy relajado.
Como no, pensé, después de este masaje. Me dejo en la ducha y desapareció. La vi al salir.
         —Confío que vuelvas.
         Difícil, conteste, no soy de aquí, pero, si viajo a Madrid, regresaré.
Se llamaría de verdad Patricia o era su nombre de guerra y el autentico sería Paquita, Manoli o Belarmina todos ellos muy asturianos. Qué más da, pensaba de vuelta en el metro, lo lógico es nunca volviera a contemplarla. Que anacronismos tiene la vida, había más gente en el Spa del centro deportivo público que en este privado y el tratamiento del desnudo entre los asistentes, puede decirse que era, casi idéntico.

martes, 1 de octubre de 2013

LANGRE:SURFING, DESNUDOS Y PERROS

Hace un año, en un articulo de Guillermo Esain “Baños de libertad” que se iniciaba con el subtitulo de:”Las playas de raíz naturista, más de moda que nunca, se consolidan como apuesta veraniega”, el autor escribía:Si hay un mundo paradisíaco, ese es el de las playas de ensueño naturista. Unos 400.000 Adanes y Evas españoles las disfrutan asiduamente. Y cada vez con mayor naturalidad, la práctica “sin textiles” gana adeptos. Atrás quedaron los guetos, el escándalo público y el miedo a la reprobación social. Esta pulsión liberadora es mucho más que una tendencia; es lo mejor del verano. Bañador sí o bañador no. Raro es el tramo de segmento de costa española en el que falte esa atmósfera de relax, formas civilizadas, discreción y limpieza (aun sin papeleras) que caracteriza las zonas “sin textiles”. Ni neveras, ni radios; el viento y el oleaje como única banda sonora. 
Federación Española de Naturismo (FEN) lo deja bien sentado: en España no existen playas nudistas (término que barajan en las oficinas de turismo), por lo mismo que no hay sectores acotados para señores con bañador o con barba. Ni caben guetos ni sanciones. Tampoco UNICEF ha manifestado su disconformidad con la visión infantil de la desnudez.El paraíso cántabro de Langre (Ribamontán al Mar) tuvo en Félix Rodríguez de la Fuente a uno de los primeros bañistas despojados de su traje de baño. Y tal como la conoció el televisivo divulgador, como por ensalmo, así se ha conservado..........Con esto, una oferta hotelera en Internet y la previsión climática, en la que el sol predominaba sobre las nubes, salimos hacía Langre a disfrutar de unos días de descanso.

 Desde Oviedo, al norte de la ria Santander y exceptuando el tramo de obras desde Llanes el límite provincial, el viaje es una delicia: el paisaje verde, el mar al norte y el tráfico muy fluido. Tarde mas de lo normal, en parte por mi lentitud y en parte por un error de mi copiloto, pero llegamos al fin a un hotelito rodeado de lecherías y panificadoras a menos de 500 metros de la playa.
Aparecimos  los primeros, o de los primeros, en la playa y nos encontramos con todo el arenal convertido en una gran escuela de surf. De este a oeste un montón de escuelas de este deporte, precalentaban a sus alumnos, los revestían de neopreno y los enviaban hacia un mar que, mas que embravecido, parecía una balsa de aceite, allí flotaban y flotaban a la espera de aquella ola respetable que, por lo general no llegaba, los deslizasen sobre el agua.
A medida que pasaba la mañana, los surfistas fueron desapareciendo y la playa se llenó de bañistas, textiles al sur y nudistas al norte, eso si, en una perfecta convivencia y ambos grupos con la utilización total del arenal.
Por la tarde volvieron los surfistas y pese a la bonita prohibición del Ayuntamiento contra la entrada de mascotas, la playa se lleno de ellas. Debo reconocer que, si al principio me preocuparon, por los niños, los excrementos y las carreras, al final termine por olvidarlos. 
Al atardecer los diferentes grupos fueron desapareciendo quedando la playa como al amanecer: vacía, y con los flecos blanquecinos que dibujaban las olas al morir sobre la arena.
Me gusto la playa, la zona y el ambiente. Pase una semana y me fui con la intención de repetir otro año, tal vez para reencontrarme con el dueño del hotelito o por bañarme desnudo rodeado de surfistas y mascotas, mayoritariamente caninas.