No debo quejarme. Este año,
al contrario que muchos de los anteriores, hemos tenido un punto de inflexión,
me refiero a mi “santa esposa” y a mí, en el discurrir veraniego. Desde hace
años, antes de caer en el foso profundo de la jubilación, la estación estival
era una mera continuación de la primavera y un preámbulo cálido del otoño. Con
frases tan manidas, como ciertas, mi buena Matilde (esposa) me recordaba, a
mediados de mayo, hechos tan reales como: “Tomás (yo), los franceses dicen que
el verano será frió y lluvioso” o “Por cierto cariño tengo la impresión que
ninguno de los trajes de baño que tengo están en situación de ser utilizados” o
“Mi amiga Feli me comento que ya, a nuestros años, tenemos una figura horrible
“ .Todo sin entrar en el tema automotriz y monetario : “Recuerda hacer una
revisión total del coche, no sea que un día nos deje tirados en alguna playa” o
“Por cierto, has visto que en Rodiles hay que pagar por aparcar en coche cerca
del mar, con el daño que me hace andar por las rocas” “Vistes, con las mareas
vivas del pasado año, las bajadas a determinadas playas o están prohibidas y
son muy peligrosas” o, por último y para cerrar cualquier oposición lo de “Además,
amor, con esa tripa cervecera que estas consiguiendo es casi pecaminoso pasear
por cualquier playa,….ligeramente decente”
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Matilde tenía razón, otro
verano en Oviedo.
Todo cambio el domingo 16 de
Julio, ida de la Virgen
del Carmen para mas detalle. En no se que sección perdida del Comercio, entre
las necrológicas y las fiestas locales, la Asociación Naturista
de Amigos del Principado de Asturias (ANAPA) comunicaba a sus asociados y
naturistas asturianos en general la celebración, en la Playa de Sablon de Bayas,
del Día Sin Bañador (DSB) con la idea de celebrar una espicha y mostrar a los
asistentes las ventajas del naturismo.
Alegando cierta mentira
piadosa deje a Matilde y Feli en el Fontan y me lance a mi primera experiencia
naturista. Salvo la caminata sobre la arena hasta la zona de la espicha y la
superación del pudor inicial del desnudo, todo fue un éxito de público y
critica. El grupo naturista me ofreció sidra, empanada, tortilla, chorizos,
todo, como me dijo uno de los organizadores, pagando claro, pero poco, era como
yo jubilado y catalán de nacimiento para mas detalle.
Bromee con el en la idea de
instaurar el Día del Pobre Jubilado, ya que las nuevas generaciones están, al
parecer, en recesión naturista, alegre mi pupila con la contemplación de
sirenas de carne y hueso, nadie se metió con mi tripilla cervecera y salí de
allí contento y relajado. Creo que hasta pensé asociarme, si Matilde lo
aprobaba claro está.
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De entrada no lo aprobó, mas
bien me echo un rapapolvo monumental por haberme ido “solo” a ver guarrindongas
en pelota. El enfado, para mi asombro, apenas le duro nada. Paso la semana
preguntándome por el personal asistente, por las edades, por los hombres, las
mujeres, los socorristas y la policía, esta ultima inexistente
Así murió Agosto. Por esas
casualidades de la vida, una mañana, en La Paloma, tropecé con el jubilado naturista que,
entre otras cosas bebía vino y ginebra como una esponja. Nos reconocimos
vestidos y me invito a la “Ultima Espicha del Verano”, mismo lugar misma hora,
dijo.
Por raro que parezca, no me
consto nada convencer a Matilde y ambos, como venimos al mundo, disfrutamos de
un día de playa, el ultimo del verano, bebimos sidra, hicimos amigos y nadie,
como en mi caso el primer día, opino sobre las tetas caídas o las varices de
“mi santa esposa”
Como acaba de anunciar el
equipo de Gobierno, nuestras pensiones bajaran, pero aun nos queda el ahorro en
trajes baño, la perdida de nuestro pudor y el gasto extra de cremas solares
protectoras. Todo eso será en el 2014,
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