martes, 25 de septiembre de 2018

EL COÑO DE LA POLICIA LOCAL

El primer día que la vi me pareció la clara estampa de la Sargento Debbie Callahan, en la película “Loca academia de policía” salvo que en vez de gorra de plato portaba un enorme casco negro de motorista. Media, como aquella, el 1,80 largo, uniforme oscuro y gafas Rayban negras.
Fue en una primera comunión. Sin conocernos se puso a mi lado, le llegaba al nivel de la teta derecha.
Pase la ceremonia visualizando la película, en especial la escena en la cual la sargento da una clase defensa personal con el mas torpe de los aspirantes y termina a horcajadas sobre él con su coño entre la barbilla y la nariz. Pobre muchacho.
Sargento Debbie Callahan. “Loca Academia de policía”
Vestida de civil era impresionante, pero menos. La llamaremos, más que nada por no terminar como el novato de la cinta, agente Romerales (mi apellido favorito para los miembros del cuerpo). Nacida, criada, residente en Villaviciosa y como tal tremenda bebedora de sidra. Entre su tamaño, la cantidad de ejercicio que hacía y lo rápido que esta bebida se elimina, no era extraño que bebiese mucho mas que cualquier maromo de la zona en donde la consideran, por su cargo y su aguante el mas duro de los paisanos  y sin duda el mas estricto de todos los agentes de su promoción.
Aunque, tal vez por envidia cochina, me haya pasado un poco en la descripción de sus atributos físicos, también era una mujer muy sexual. Era muy difícil no mirarla dos veces, ni dejar de escuchar la cantidad de historias que, sobre ella, corrían por el pueblo. Unas sobre su persona, otras, dado que trabajaba en Oviedo, a 60 km. de la villa, sobre su afición al macho ibérico y por ultimo, muchas por su sexualidad, parecida, bien, a la viuda negra, que para alimentar a sus crías devora a los machos con los que procrea o a ciertas filipinas de las que se dice que, tras el orgasmo, caen en estado de desvanecimiento en el que parecen dejar el mundo de los vivos (petite morte para los franceses), o como las llamadas mujeres fuente que tienen eyaculaciones liquidas, copiosas y espectaculares
Tatuaje
De ella dicen mas. Algunos comentan que, según fuentes fidedignas, los hay quienes aseguran conocer al artista, tiene un extraño tatuaje entre las piernas, no un tipo de garabato oriental o el nombre de un amante despechado o la fecha en la que perdió la virginidad o aquella en la que se emborracho por primera vez.
Tenia tatuado un vaso de sidra, con esta rebosando por el borde,  rebosando sobre su coño.
Debía ser algo, si estaba bien tatuado, excepcional.
Sidra
Se rumoreaba que, durante sus orgasmos su vagina se llenaba de fluidos con un marcado sabor a sidra, a “sidrina” dulce. El rumor llegaba más lejos ya que algún amante deslenguado juraba y perjuraba que tras el coito la habitación se colmaba de un fuerte olor a manzanas recién cogidas del pomaral.  
 
Manzanas
Seria verdad, o una de las muchas leyendas urbanas que, tras degustar muchas cajas de sidra, corrían por la Villa, o la ilusión eterna de todos sus paisanos, no solo por poseerla sino por catarla y aspirar las fragancias frutales de su entrepierna.
El coño de la policía loca
El haber visto el coño de la policía local es la suerte solo de un puñado de barones del pueblo. El haberlo degustado, el saborear sus jugos con aroma a manzana recién cogida es algo al alcance de muy pocos, poquísimos.
No me encuentro entre ellos, solo escucho lo que me dicen y trascribo algo de aquello, el resto es parte de lo que mi inquieta cabecilla fabula tras tomarme, no un botella de sidra, ni una caja, sino una ginebra con tónica, muy cargada, en un vaso de sidra, eso si, a tope de hielo y con una rajita, de limón.

lunes, 10 de septiembre de 2018

EL COÑO DE LA ILUSTRADORA GRAFICA

  “Un ilustrador es un artista gráfico que se especializa en la mejora de la comunicación escrita, a través de representaciones visuales que se corresponden con el contenido con parte del mismo”.
Lo vi, por primera vez, hará como quince años, en la antigua sauna del demolido Hotel Jovellanos, convertido hoy en residencia de ancianos.
Courbet. “El Origen del mundo”
Una veintena de socios naturistas, de la entonces única asociación de este tipo del norte de España, hoy expulsada de la Asociación Nacional, celebrábamos la clausura del Campeonato Europeo Nudista de Natación y aprovechábamos, de paso, una gran cantidad de entradas de regalo al Spa que hotel, gustosamente, nos entrego por utilizarlo como alojamiento y centro de reunión de los asistentes internacionales.
Fue, sin lugar a dudas, el día más concurrido con usuarios desnudos.
Éramos los de siempre, algunos amigos de estos y otros gorrones atraídos por la gratuidad del evento.
A ella, tarde bastante en ubicarla. Una cabeza, embutida en un gorro de lycra verde, con gafas binoculares negras y unas pequeñas pinzas sobre la nariz, para evitar la entrada del agua, entraba y salia del líquido elemento sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Hacia largos y más largos tropezando, sin querer, con cuantos se cruzaban con ella.
En uno de sus múltiples descansos la vi de cuerpo entero, sin su estrafalario atuendo de nadadora. Alta, morena, cabello largo, pechos pequeños, coronados por dos aureolas muy oscuras, caderas estrechas y una espléndida mata de pelo negro, abundante, salvaje, enmarañada, entre las piernas.
Lo admire. Pase la tarde viendo aquel coño enorme y frondoso entrar y salir del agua.
En aquellos años la moda, o el nudismo asturiano, imponían la depilación total de los genitales tanto en hombres como en mujeres. En la pileta hidrotermal, solo aquella ninfa y yo lucíamos pelo en la entrepierna y daba la impresión que solo a  mi, tal aspecto impresionaba.
Al salir me la presentaron. Tenía un nombre raro que olvide sobre la marcha y un compañero naturista que prometió traerla a cada sesión de Spa.
Guayasamín. “Minotauro”
Cumplió con su promesa. Cada primer viernes de mes nos reuníamos en un Spa que cerrábamos para nosotros. Su rutina era siempre la misma: disfraz de nadadora, ratito de natación, cama de agua y tumbona de relajación.
Con los años aprendí su nombre, su trabajo y siempre estuve enamorado de su espléndido coño, de su pelo púbico, en una sociedad en la que normalmente todas lo llevaban depilado.
Un verano nos vimos en una playa nudista. Me desilusiono. Se había depilado. Lo que durante años fue la atracción de mis ojos, desapareció de la noche a la mañana. Gano en desparpajo y perdió en exotismo. Gano en locuacidad y perdió en misterio.
Era ilustradora grafica, en el paro. Acababa de ganar una beca para pasar un año en México, se apuntaba a todas las convocatorias laborales tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad, siempre con resultados negativos. Lo único que todo esto le suponía era un aumento, día a día, de las canas que ahora se dibujaban en su corta melenita negra.
Picasso. “Eva”. (Serie Cela)
Un mal día, la Asociación Naturista a la que pertenecíamos fue repudiada de la Nacional y expulsada de ella. Pasamos un año en blanco. Fue triste pero no doloso. Los antiguos socios fuimos de eso, a ser nuevos amigos y las actividades, perdidas u olvidadas, renacieron, por sugerencia de un antiguo presidente. Comidas, cenas, espichas, Spa, casas rurales con jacuzzi, juegos, amaguestu.
Mi amiga la ilustradora desapareció. Con ella su melenita canosa y su coño negro, como panza de hormiga, en el que se posaban todas mis miradas.
Desapareció. Tras verla y tomar un café en el centro de Oviedo, mi diseñadora graficase volatizo. Cambie de dirección, deje mi asistencia a los Spa´s nudistas, fui muchas veces a Madrid y aquella, nunca iniciada relación murió, casi como había nacido, entre el agua y la bruma del permanente otoño asturiano.
Lo lei en la Nueva España. “Erótica XXI”, antología de relatos de jóvenes autores. El libro vendrá acompañado por una exposición de dibujos eróticos de, también, noveles artistas, entre los que estaba mi amiga, aquella sirena con un mar negro, frondoso y agitado en la entrepierna.
La llame, hablamos, me invito, fui, compre el libro y su aportación grafica. Durante un tiempo seguí viéndola. El arte, el erotismo y el desnudo fueron una frágil argamasa que se disolvió con el agua norteña y maldito viaje al México de sus sueños.
   Ten — me dijo al despedirse, dándome un gran portafolio.
   Espero que te guste. Te llamare a la vuelta. —
Me dio un beso y se perdió entre las callejuelas del Oviedo antiguo.
El coño de la ilustradora gráfica
   Pero, ¿seguro que es el suyo?— Me pregunto un amigo al verlo colgado en el salón de mi casa.
   Segurísimo — conteste. Lo he visto, en vivo y en directo, cientos de veces y he soñado con el todas mis noches de insomnio de estos últimos años.
Allí estaba su regalo. Un primer plano de su coño, del coño de mi ilustradora grafica favorita.

Nota: El titulo como es fácil deducir, tiene la misma estructura que la serie de cuentos incluidos en el libro:”Coños” de José Manuel  Prada, pero solo eso. 
No recuerdo que entre ellos exista alguno como  “El coño de la ilustradora grafica” ni sobre el resto de los que ire escribiendo, pero en caso de que asi fuese, los cambiaria.