lunes, 14 de noviembre de 2011
EL CENTRO NIEMEYER
martes, 4 de octubre de 2011
HOTEL PALACIO DE LAS NIEVES. SPA NUDISTA.
Persona adherida recientemente a una causa, o recientemente incorporada a una agrupación o colectividad (RAE)
El verano, el verano del 2011, ha sido malísimo, al menos en la Cornisa Cantábrica, en Asturias más concretamente. Como soy un estudioso de los números, entre los meses de Junio, Julio y Agosto solo se contabilizaron 15 días soleados, de esos en que uno puede ir a la playa sin congelarse antes de llegar a la orilla. Si de este número se descuenta aquellos en los que mi pareja debía trabajar, los que se encontraba indispuesta o los que yo debía asistir a una Clínica de rehabilitación intentando, sin éxito, curarme una tendinitis aguda que me afectaba los dos tobillos, para ser más exacto los dos tendones de Aquiles, la cruda realidad que en este amplio periodo veraniego solo fuimos dos días a la playa, y en uno de ellos hubo que salir por pies ya que la lluvia se empeño en enviarnos a casa nada mas terminar de comer.
Para terminar de aguarnos la fiesta, la última semana de Agosto, en la que teníamos reservado, y pagado, un bungalow en el Camping de Arna, al sur de Francia, hubo que clausurar el viaje y perder el adelanto, pues mi amante compañera se enfermo de gastroenteritis violenta y claro, no estaba bien andar viajando por ahí, con esos accesos repentinos de vómitos y diarreas.
Por fin acabo Agosto y el tiempo, como para llevar la contraria, mejoro. Solo el tiempo, ni Rosa ni yo pasamos de nuestras dolencias. El cielo era cada día más azul y la temperatura, influenciada por una masa de aire calido procedente del Norte de África, viento del sur como dicen los locales, paso de los 18ºC a los 25ºC, o sea, se podía ir a la playa.
El sábado nos decidimos. Nos daba lo mismo que fuera 10 de septiembre, que los colegios de los niños hubiesen ya empezado y los problemas en muchísimas de las familias normales rozasen la locura. Nosotros no teníamos nada de eso, hasta Rosa gozaba de algún día de vacaciones extra. Sacamos la bolsa playera del trastero, hicimos una suculenta tortilla de patata, calabacín y cebolla y casi como si nos persiguiera alguien salimos hacia el Sablon de Bayas a recuperar parte del irrecuperable sol perdido.
¡Qué sorpresa! No éramos los únicos arriesgados. Sobre aquella arena negruzca, mas oscura ahora debido a la viveza de la marea baja, unos 500 bañistas, casi todos tan desnuditos como vinieron al mundo, aprovechaban el anómalo verano asturiano en el que, según la prensa, “Agosto fue el mas lluvioso de la última década, con 19 días de precipitaciones, y entre el y Julio solo hizo sol nublado 27 jornadas, frente a las 35 de agua abundante”; y para mejor acierto, la casi totalidad de socios de ANAPA nos encontrábamos allí, tras un periodo que, en años normales, era de confraternización diaria y este, no lo había sido.
Saludos, abrazos, paseos, comentarios, formación de grupos, lo normal en todo reencuentro y lo mas solicitado: “¿Qué se hará este otoño-invierno?, ¿Seguirá el Spa-Sauna del Hotel Palacio de las Nieves en La Felguera?, ¿Habrá Amaguestu?, pero sobre todo y en boca del mas crítico del grupo: “¿Cómo esta el Naturismo en Asturias, y en España? ¿Se ha presentado la Asociación ante las nuevas autoridades regionales presididas ahora por el Sr. Cascos?
El grupo inicial fue aumentando; bañistas amigos, viejos conocidos playeros y algún que otro novel bien escuchaban bien aportaban su opinión.
En una nota de Miguel Ángel López, Presidente de la Asociación Alicantina Osiris, recién auto suprimida,” En España hay sobre 500.000 personas que practican el nudismo libre pero menos de 3.000 están asociadas, casi el 0,5%. Algo hacemos mal”. Mirando la playa me desconecte de la charla y empecé hacer cálculos.
Así, a bote pronto y sin apenas rigor matemático, en Bayas, ese día, estaríamos como 500 naturistas. Descomponiendo Asturias en tres porciones: Occidente, Centro y Oriente, e incluyendo en cada zona las playas en las que se practica, total o parcialmente, el nudismo: Mexota-Barayo-Otur-Silencio y Oleiros en occidente, Bayas-Xago-Aguilera-Poniente-Peñarrubia ( prohibida este año, a todos los bañistas, por desprendimientos en el talud del fondo) y Serin en el centro, Vega-Torimbia-San Martin y Ballota en oriente, y asumiendo que en un día soleado y festivo pueden concurrir del orden de 1.500 nudistas en cada porción, resulta que en Asturias pueden haber como 4.500 personas, que de forma eventual o continuada, pertenecen al grupo de bañistas “No textiles”. Pues bien, nuestro amigo el de Osiris tiene razón, el 0,5% de 4.500 es de 22,5, el numero, casi exacto, de socios asturianos de ANAPA. Para satisfacción de nuestro muy amado Presidente, siempre pendiente del poco crecimiento de la Asociación, estamos en la media española.
.- Ya nos vamos, ¿te quedaste medio dormido? Oí decir a Rosa sacándome de mis ensoñaciones teórico-matemáticas.
.- Nos vemos el viernes el Spa me dijo el Vicepresidente, ahora rodeado de algunas parejas que, tal vez por la euforia del momento, estaban pidiéndole boletines de inscripción. “Que bueno” pensé, tal vez rompamos con ellos las estadísticas nacionales.
Es como si el tiempo, o mejor los meses, no hubiesen pasado. Llegamos los primeros. Paula, la monísima recepcionista-masajista del Spa seguía allí con su pelito rizado y su sonrisa risueña.
.- ¿Qué tal el verano? Tendréis que esperar a que salgan los del turno anterior.
Siempre nos decía lo mismo y yo siempre le picaba con la posibilidad que me diera un masaje relajante. Respondía ofreciéndonos dos toallas y las llaves de las correspondientes taquillas.
.- Me llamo Ángel anunciándome que hoy vendría mas gente dijo mientras seguía concentraba, como de costumbre, en la pantalla de su ordenador. Como si lo dicho lo tuviese ensayado de antemano, se abrió la puerta del Spa y dos parejitas, muy jóvenes, empezaron a bajar la escalera.
.- ¿Es aquí lo del Spa de ANAPA? Pregunto la morenita que parecía comandar el grupo
.- Si pero hay que esperar, conteste, en cuando salgan los de dentro entramos nosotros.
Paula tomo nota de sus nombres, y como a nosotros, les entrego las toallas y las llaves.
La espera fue breve, salieron dos clientes femeninos y ante la indecisión de los neófitos por ver que vestuarios usaban, de nuevo Paula les indico que debido al carácter nudista de ANAPA, el vestuario era común, primero se completaba el de mujeres y luego el de hombres, pero siempre con uso mixto.
Los seis nos presentamos. Rosa y yo, ya veteranos. Adela, Ramón, Silvia y Carlos, primerizos y, por lo que rápidamente comentaron, con el carnet de socios recién recibido (ahora los conocía personalmente pero le semana anterior fui yo quien se los remitió).
No puede decirse que la situación los cohibiese, pero si que los reprimía ligeramente. Lo ultimo que seguro esperaban era compartir vestuario con otros socios, menos aun, con una pareja bastante mayor y al parecer totalmente desinhibida. Eran lentos, patosos, se amontonaban ante sus taquillas, no sabían donde habían puesto sus gorros, tampoco sus zapatillas. Evitaban mirarnos, menos a mi, que en cosa de segundos estaba despelotado y saliendo, con la toalla al hombro hacia la piscina hidrotermal. Los dejé allí intentando, sin éxito, ordenar su ropa, adecentarse el pelo, cubrirse parcialmente con las toallas, esperándose unos a otros para salir todos juntos en compacto pelotón.
Como casi siempre el circuito termal era todo para mí y lo seguiría siendo durante los próximos 15 minutos. Mientras un potente chorro de agua me masajeaba la nuca y los hombros y mente se disocio y vagabundeo por el recinto.
Las inhalaciones del SPA del Hotel Palacio de las Nieves en La Felguera, las había detectado nuestro Vicepresidente y a el se debe la gloria de haber convencido a los propietarios para que, una vez al mes se utilizaran exclusivamente para nudistas. Lo entonces pactado funciono y ahora entrábamos en nuestra tercera temporada, éramos conocidos y respetados por todo el personal y jamás hubo ningún problema ni particular ni colectivo. Desde mi posición contemplaba la piscina caldeada y vacía. Los chorros superiores esperaban la llegada de bañistas y los interiores, ahora inmóviles daban un ambiente de quietud. A mi derecha el jacuzzi, también dormido; mas allá las camas de relax, unas con rayos ultravioletas y otras no. Saliendo del recinto las saunas finlandesa y sueca y una ducha de esencias para combatir el calor de las mismas.
El murmullo de los recién llegados lo inundo todo. No solo los nuevos sino el Presidente, el Vicepresidente, los de Muros del Nalón y dos parejas de Salinas se agolparon de repente en el agua. Como siempre los inicios siempre son difíciles. Cada uno busca su sitio, su chorro, su cama de agua, el jacuzzi y así, de repente, uno esta saturado y el otro vació. La primera media hora, justo hasta que parte de los asistentes se introducen el las saunas y la otra en el jacuzzi, es un caos y a partir de entonces se puede hablar, esta vez, conocer a los neófitos y su idea futura cara a la Asociación.
De los cuatro Adela era la más decidida, sin duda la líder y quien había empujado a todos apuntarse y venir hoy al Spa. Fue la primera en perder el pudor, la primera en implicarse en cada uno de los grupos, la portavoz y presentadora de todos. La que, pensé yo, seria una magnifica Presidenta en las próximas elecciones, no solo por ser mujer sino por ser joven, arriesgada y emprendedora.
Por lucir una esplendida cabellera se despidió la primera de todos yendo al vestuario con Rosa para aprovechar el secador y evitar atascos en el reducido recinto. Cuando 20 minutos mas tarde me persone yo, estaban las dos en pelotilla oreándose sus largas melenas, negra la de Adela y color amarillento la de Rosa. Ya, en detalle, exhibía dos magníficos tatuajes, uno sobre la nalga izquierda y otro alargado en el lateral que discurría desde el sobaco a la cadera. Bonito, si, muy bonito. Encima, era muy extrovertida y dicharachera. Antes de terminar de acicalarse yo acabe y el resto de sus amigos entraron en tropel. Salí hablar con Paula y reincidir en mis ilógicas pretensiones.
Vino Rosa y partimos hacia Oviedo. Era finales de septiembre y aun lucían los últimos rayos de sol. Sin duda tendría tiempo de tomarme una o dos ginebras con tónica, en parte para bajar el calenton del Spa y en parte para pensar en nuestros nuevos socios y su futuro en nuestra decadente Asociación
domingo, 11 de septiembre de 2011
EL GORRITO DE BAÑO
sábado, 3 de septiembre de 2011
COSAS DEL SPA
Puede que todo sea imaginación mía o, es lo más probable, que en determinadas situaciones vivamos una realidad querida pero no confesada. Intentaré analizar, si es cierto o no que, en algunos momentos, hombres y mujeres actuamos de forma parecida buscando sensaciones que solo existen en nuestro subconsciente, pero que pueden surgir ante un estimulo exterior que escapa, a menudo, de nuestro control.
Desde hace cuatro meses, el primer domingo de cada mes, una decena de asociados de ANAPA disfrutamos de la tarde del domingo tomando una sesión hidrotermal en las instalaciones del SPA del Gran Hotel Jovellanos de Gijón. Dado que la agrupación es naturista el establecimiento nos permite utilizar sus servicios sin ropa, o sea
que todos cuantos nos reunimos allí estamos completamente desnudos.
Tal vez la filosofía del naturismo o las ideas personales de quienes intentan promoverlo, sean distintas a las mías, pero las reacciones de sus miembros, o mas bien, el ambiente liberal en el que se mueven, hace que sus criterios morales, éticos y personales, cambien. El sentirse desnudos les condiciona a eliminar, junto a su ropa, perjuicios que, vestidos, nunca se saltarían.
La primera vez que nos reunimos éramos todos sino amigos si conocidos y la complicidad del entorno hacía que las escasas barreras que nos separaban, desaparecieran. La experiencia dominical cuajo. Eso y una adecuada campaña en Internet potencio el arribo de más socios, no por su decidido carácter naturista, sino por las ventajas y beneficios que ofrecía el SPA.
Este último domingo, junto a los de fijos de siempre, aparecieron cinco nuevas parejas que ni se conocían ni nos conocían. Ya que nuestro insigne presidente llego tarde, las presentaciones se hicieron de forma aislada e individual creándose un ambiente no tan distendido como en ocasiones anteriores. Si a esto unimos un error horario para la utilización del SPA el resultado fue que nos amontonamos todos en la salita de recepción a la espera de que los respectivos vestuarios se desalojaran. Al ser un grupo nudista la diferencia masculino-femenino no existía y la utilización de dichos servicios era, en consecuencia, mixta. Ese día, no fue así. El responsable del local nos indico amablemente que cada sexo se ubicara en el lugar que le correspondía. Como los más antiguos no estábamos al corriente de esta normativa, antes que pudiera impedírnoslo, Rosa, Elvira, una chica de las nuevas y yo, ya nos habíamos introducido en el vestuario femenino ocupado, en ese momento, por dos féminas del turno anterior. Pese a la negativa de Elvira a que me fuese, pues a ella le parecía de lo mejor el desnudarse a mi lado, tuve que salir. Su reacción me pareció curiosa ya que hasta ese momento ella y yo siempre habíamos estado separados.
Aquella división inicial condiciono que las mujeres terminaran de desvestirse antes que los hombres y que cuando yo, el mas rápido de todos, pase al recinto hidrotermal, la piscina fuese un jardín de tetitas que afloraban entre burbujas y chorros de agua. Con el discreto encanto que envuelve el nudismo, me puse a observarlas. A Rosa, Elvira y Luisa las había visto muchas veces y, por ser veteranas, cada una estaba ya en su correspondiente lugar de masaje. El resto, que no conocían el local, se agrupaba en el centro intentando, con éxito desigual, que alguien les indicara que hacer y donde. Una dama, de 50 años, con un gorrito negro de baño, pechos normales y culo redondeado buscaba o huía de su pareja, iba a su aire. Dos chicas jovencitas (Chica I y Chica II) altas, sin pechos ni nalgas hablaban entre si a la espera de sus respectivas parejas. Otras dos, mas desinhibidas, intentaban entablar conversación y saber la utilidad de cada instalación. Ambas tenían glúteos prominentes, una con tetas y otra sin ellas. Me lance al agua y, evitando el tumulto, me dirigí a la parte mas alejada, donde estaban las camas de masaje acuático. Casi de inmediato las de mas desparpajo y a las que llamaré Joven I y Joven II, me rodearon. En el mullido lecho acuoso les fui indicando la utilidad de cada instalación, sus ventajas y el orden lógico de recorrerlas.
Las deje y fui al jacuzzi. Estaba frío pero la vista de recinto era inmejorable. Las mujeres seguían acaparando la piscina y los hombres se perdieron entre la sauna finlandesa y el baño turco.
Tras una primera hora de adaptación cada uno campaba a su antojo. Regrese a la cama, vacía en aquel instante, extendí los brazos, cerré los ojos y me relaje. Fue un instante. De inmediato la Chica I con su pareja se acoplo a mi izquierda y la Joven I, sola, a mi derecha. Lo anecdótico de esta última es que al ser las camas muy estrechas daba la impresión de estar literalmente pegada a mí. No era una impresión, era una realidad. Sin quererlo sentí su mano rozar la mía, su pierna tropezar con mi rodilla. La mire y contemple sus los ojos cerrados y sus pezones, erectos, surgiendo sobre el agua. Así, entre roces y toques, paso un rato. Al final, se fue. Hice lo mismo pues la tina seguía estando a tope y me dirigí a la sauna. Estaba vacía. Casi me alegre. La soledad fue corta. Entro Luisa y se tumbo en la bancada inferior. La vi a mis pies con su coñito perfectamente depilado, y su rajita enmarcada por un fino cerco de pelo negro. Me era imposible abstraerme de aquella visión, mas aun por el balanceo de las piernas que propiciaba que se abriera y cerrara ante mis ojos. Iba a salir cuando llego la Joven II y su mozo. Luisa se sentó, pero siguió ocupando el nivel inferior. Los nuevos se sentaron en el superior, ella a mi lado y el junto a la pared. Lo de que si que si molesto, si pongo agua en la estufa para generar mas calor, si..., el caso es que ella se fue desplazando hasta quedar totalmente pegada a mi. El coñito por una parte y el roce carnal por otra estaban alterando mi capacidad de raciocinio. Lo atípico es que parecía no pasar nada, todo era normal. A Luisa le agradaba que la vieran y a la Joven II pegarse a mi costado mientras alababa las excelencias del lugar. Por suerte apareció el presidente al que gentilmente deje mi sitio y salí.
La pileta estaba vacía, o semi. La Dama del gorrito paseaba por el agua, la Chica I y su chico seguían en la cama de agua y la Chica II se relajaba bajo un potente chorro de líquido. Me situé sobre el surtidor de burbujas, extendí los brazos y deje que el agua masajease la zona lumbar. Era una postura de lo mas relajante. Como sin querer, sin decir nada ni disculparse, la paseante tropezó con mis pies. Una, dos, tres veces. Cada recorrido iba, voluntariamente o no, a finalizar contra mis muslos. Debía darse cuenta. Dos veces doble las rodillas para evitar el choque, no lo conseguí. Fue entonces cuando empecé a pensar en todas aquellas coincidencias. Siempre fueron ellas quienes las provocaron, cosa que me sorprendió, y encima, nunca le dieron la menor importancia. La Dama del Gorrito desapareció. Yo me dirigí a las camas de agua, vacías en ese momento. Me tumbé y seguí pensando. Porque la gente, al igual que los calamares, se agrupan en espacios reducidos teniendo todo el mar a su disposición. Si, la Chica II se acoplo, de repente a mi derecha, pegadita a mí, y la Joven I a la derecha de ella. Sentía sus brazos, los dedos de la mano. Me enderece y las vi juntitas, con sus pechos surgiendo y desapareciendo del agua. Las dos con los ojos cerrados, ajenas a lo que pasaba bajo el líquido que a todos nos envolvía.
Regresé al jacuzzi estaba mas caliente. Rosa me acompañó. Al igual que sus homónimas, y con mi complicidad, se me adhirió como una lapa. Me tocó, me acaricio, me beso. Daba la impresión que la desnudez, la complicidad del agua, el ambiente caliente y la penumbra, eran motivos mas que suficientes para desmadrarse, eso sí, dentro de la mas completa inmunidad.
Otra vez los vestuarios separados. Rosa sufriendo, en el de mujeres, una inundación que le evitaba poder usar el secador de pelo y deseando pasarse al de hombres en el que yo, solo, gozaba de todos los servicios.
De nuevo el viaje nocturno de regreso. En el, vendrían a mi mente el deseo de Elvira de desnudarse conmigo, los roces subacuaticos en la cama de agua con las dos Chicas, las exposiciones corporales de Luisa y la Joven II en la sauna, los contactos continuados de la Dama del Gorrito y los magreos constantes de Rosa cada vez nos tropezábamos. Sería todo casual, les gustaría probar lo prohibido. Debía preguntarles a ellas o, mejor aun, hacerles escribir su versión de los hechos. Por lo que veía eran ellas quienes actuaban y nosotros quienes, dócilmente seguíamos sus aviesas intenciones.
lunes, 29 de agosto de 2011
EL SPA DEL HOTEL JOVELLANOS
viernes, 19 de agosto de 2011
NUEVAS AMISTADES
Estuvimos de acuerdo, rellenamos los vasos y empezamos. Rosa no sabía jugar, yo, un poco, José Miguel, algo, y Kristal era una experta. Pero en el juego, y más en el propuesto, el azar era quien mandaba.